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Reseña
FÉLIX MARÍA DE SAMANIEGO (La Guardia, Álava 1745-1801) fue uno de los más destacados escritores de la literatura española de la Ilustración. Junto con Tomás de Iriarte es el más acusado representante de la «Fábula» como género literario. Casi toda su gloria le viene de estas célebres composiciones, publicadas entre 1781 y 1784 y cuyas fuentes nunca ocultó que estuvieran en los grandes maestros del género: Esopo, Fedro y La Fontaine. Las comparaciones en la época con Iriarte, el otro gran fabulista español del siglo XVIII, fueron inevitables. Manuel José Quintana dejó escrito que la diferencia estaba en que «Iriarte cuenta bien, pero Samaniego pinta». Los dos protagonizaron, a pesar de la amistad que durante un tiempo les unió, reñidas trifulcas literarias, hasta el punto de burlarse el uno del otro en verso o de que Samaniego publicara un panfleto en contra de Iriarte, irritado de que este hubiera publicado sus fábulas un año después que las suyas y las presentara, sin embargo, como la «primera colección de fábulas enteramente originales». En cualquier caso, las de Samaniego supusieron un excelente vehículo para la transmisión de su ideario reformista de la sociedad de su tiempo. No fueron las Fábulas la única producción literaria de Samaniego, aunque sí la más importante de cuanto saliera de su pluma. Escribió también en verso cuentos picantes y picarescos que reunió en El jardín de Venus y que pronto serán publicados en la «Colección Raros y Exquisitos» de este mismo sello editorial. Las Fábulas permanecen como el mejor y más actual legado de Félix María de Samaniego. La presente edición de Espuela de Plata las recupera ahora junto con las excelentes ilustraciones de Graville, que fueron recogidas en la edición de la casa parisina Garnier de 1881.